Este sábado disfrutaremos con una nueva reseña de Dani A. Díaz quien, para esta ocasión, cambia desde un clásico de la literatura, como Salgari, a una obra llena de emociones y sentimientos «Buenos días, tristeza», de Françoise Sagan. ¿La has leído?
Buenos días, tristeza de Françoise Sagan
Reseña de Dani A. Díaz
EL MUNDO DE LOS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES
En la biblioteca de mis padres asoman unos libros que llevaban tiempo demandando mi atención.
Dispuesto a no dejar focos de resistencia en retaguardia antes de seguir explorando nuevos territorios de conquista, decidí no esperar más y acometer su lectura.
“BUENOS DÍAS, TRISTEZA” se ha revelado como una historia exquisita y profunda, de las que anidan en el alma y dejan huella indeleble.
Françoise Sagan
Tiene enorme mérito que su autora, la francesa FRANÇOISE SAGAN, la concibiera con tan solo diecinueve años.
Seguro que debido a esa temprana edad supo moldear a la perfección el personaje principal, la jovencita Cecilia quien junto a su padre viudo (Raymond) disfrutan una vida superficial, burguesa, acomodada, ligera y vacacional en la costa mediterránea.
Rutina amable
La amable rutina se compone de desayunos en la terraza frente al mar, baños en las cálidas aguas, descanso en coquetas calas, excursiones a localidades cercanas, bailes y francachelas.
Ninguna nube turba el horizonte, la complicidad es total y las jornadas transcurren envueltas en placeres y desenfados.
Ana
De manera repentina entra en escena una antigua amiga del padre (Ana) y el universo color de rosa se disloca. Mujer bella, elegante, majestuosa, seria y disciplinada chocará con el punto de vista de la adolescente y la convivencia se tornará harto complicada.
Dos caracteres más (Elsa, actual amante de Raymond; Cyril, profesor de navegación y novio de Cecilia) conforman ese volcánico microcosmos pronto a estallar en ríos de lava. Despreocupaciones y diversión frente a sacrificio y estudios para sacar adelante unos exámenes.
Conversaciones frívolas son sustituidas por maneras más adultas y convencionales.
Libertad juvenil y explosiva se intenta conducir por vías con el reconocimiento intelectual como meta. Cuando el padre anuncia que está dispuesto a casarse con Ana el drama quedará servido.
La complejidad de los sentimientos
Ciento cuarenta hipnóticas páginas desarrollarán de manera minuciosa la complejidad de los sentimientos y emociones de los cinco protagonistas: alegrías, miedos, incertidumbres, dudas, celos, pasiones…
Prosa atractiva y sugerente
La escritora gala se vale para ello de una prosa fluida, sugerente, atractiva y precisa en cada vocablo empleado. Con bisturí de cirujana saca a la luz del lector lo que se oculta de modo recóndito en el alma de los protagonistas.
Además de las palabras…
Importan las palabras, por supuesto, pero adquieren completo significado
- las miradas,
- los silencios,
- las sonrisas,
- los enarcamientos de cejas,
- los suspiros,
- los sollozos…
Cada gesto, mueca, visaje cobran sentido manifiesto en una espiral incandescente.
Nadie quiere perder su posición de poder, privilegio o superioridad en el mundo del amor y cualquier medio se analizará como lícito si conduce al logro de sus propósitos.
Rivalidades soterradas
Las soterradas rivalidades no impedirán el disfrute hedonista de unos auténticos bon-vivants.
Una pátina de melancolía tiñe el relato de principio a fin (de ahí el título) a pesar de la aparente disipación feliz que viven los personajes.
Ecos de un pasado venturoso y que quizás no volverá,
- cierta angustia por el indescifrable porvenir,
- sueños de noches parisinas,
- los múltiples recovecos y meandros de los senderos amatorios,
- la complejidad psíquica,
- los apasionados monólogos,
- seres convertidos en peleles de los dictados del corazón…
todo contribuye a que el marco idílico esconda debilidades, rendiciones y derrotas.
Pensamientos, emociones…
Nos sentiremos plenamente identificados con los pensamientos y emociones que se destilan en cada párrafo pues son universales y atávicos a la raza humana.
Crueles comentarios se disparan en días soleados, dardos envenenados se clavan mientras el burbujeante champán llena las copas, latigazos mordaces se sueltan envueltos en las caricias de las olas.
El fervor adolescente
Y presidiendo la escena el implacable fervor adolescente, una amalgama de bandazos sentimentales que piden a gritos certezas y soluciones.
Una novela para disfrutar y emocionarse, sencilla en la composición lineal y lenguaje utilizado, honda en el análisis de los tormentos, flaquezas y éxtasis de los corazones.
Edición especial
La edición especial de Círculo de Lectores ofrece cuidada presentación con tapa dura, bella portada y una pequeña biografía de la autora.
Conoció famosa adaptación cinematográfica a cargo del director Otto Preminger con Jean Seberg, David Niven y Deborah Kerr encarnando los roles principales.
Disfrutad y dad los buenos días a la tristeza. ¡No os arrepentiréis!
Datos del libro
Buenos días, tristeza
Françoise Sagan
Traductor JAVIER ALBIÑANA
Año 1995
Tusquets Editores
184 páginas
La autora
Françoise Sagan nació en 1935 en Carjac, Francia, en el seno de una familia acomodada.
Desde que, con Buenos días, tristeza, su primera novela y punto de referencia siempre renovado de varias generaciones, obtuvo a sus diecinueve años un éxito sin precedentes de crítica y de público, ha gozado de una fama que le permite hoy decir que «el éxito temprano es bueno porque te evita hacer todo lo que hay que hacer para tener éxito».
Se publicó en 1954
Buenos días, tristeza se publicó en el verano de 1954, cuando nadie podía imaginar que aquel «adorable pequeño monstruo», cuya voz seca y ágil iba a producir un gran revuelo, se convertiría muy pronto en todo un mito.
Desde entonces ha escrito muchos libros—novelas, obras de teatro, biografías, memorias y textos varios—y ha llevado una intensa vida bohemia, a veces envuelta en algún escándalo, que ha contribuido a enriquecer su leyenda.
Culto al placer y el remordimiento
Pocas novelas como Buenos días, tristeza han tratado mejor los conflictos entre el culto al placer y el remordimiento, conflictos que, hoy como ayer, siguen produciéndose, aunque tal vez bajo formas distintas, con la misma intensidad.
