La corrección de textos es esencial para tu obra
El corrector no es un demonio malvado que está entre nosotros con la única función de martirizar a nuestros personajes, jugar con las palabras o hacerse con nuestros textos.
Su función es revisar un texto para «limpiarlo», eliminando defectos de redacción, errores gramaticales, impropiedades léxicas, porque su objetivo es «vestir» nuestros textos con sus mejores galas y lograr que el lector pueda comprender lo que como autores hemos querido decir a través de las palabras.
Para ello tiene que tener un buen dominio de la gramática normativa, del léxico y vocabulario, de la redacción (coherencia y cohesión del texto)…
No es nuestro enemigo, sino nuestro cómplice.
Su finalidad es que nuestros libros lleguen exentos de erratas, discordancias, faltas de ortografía…, a las manos del editor, agencia literaria, concursos literarios, o al público.
Cuando realizamos la corrección de un texto, el objetivo final es que el autor conozca sus puntos débiles y aprenda cómo corregirlos y así, en escritos posteriores, irá mejorando y puliendo su estilo, que es propio de cada escritor, y le diferencia de los demás. Pero también que conozco sus puntos fuertes, para potenciar ambos.
Dos tipos de corrección de textos
Son dos: correctores tipográficos y ortotipográficos.
Todo depende de lo que se quiera someter a revisión. La corrección tipográfica (u ortotipográfica) se ocupa de la ortografía, la puntuación y la tipografía (cursivas, versalitas, negritas, espacios…). Unifica los epígrafes, las notas a pie de página, los márgenes y el sangrado…
En la corrección de estilo se pone especial atención en la construcción sintáctica de las oraciones, las faltas de concordancia, repeticiones, redundancias, cacofonías, los errores estilísticos, gramaticales y léxicos, los recursos lingüísticos y, por supuesto, también en ofrecer al autor una valoración de la calidad literaria de la obra.
Los manuscritos se entregan acompañados de comentarios o anotaciones que se recogerán en los márgenes del texto, y de forma clara, los errores que se han de corregir. También se destacará en rojo los errores comentados.