Esta semana nos disfrutaremos en una nueva reseña literaria con el libro En los Grandes Lagos, de James Oliver Curwood. ¿Lo has leído?
En los grandes lagos, de James Oliver Curwood
Reseña de Dani A. Díaz
CURWOOD TAMBIÉN SABE ESCRIBIR CUENTOS
A estas alturas mi devoción por el escritor de Owosso ya no es noticia. Doce títulos avalan una trayectoria impecable, dejando una huella inmarcesible en mi espíritu.
La presente ocasión llevaba una sorpresa añadida que no carecía de riesgo: abandonar las habituales novelas ambientadas en el Canadá salvaje e inhóspito para adentrarse en el género del relato corto.
Y es que En los Grandes Lagos Curwood nos regala catorce composiciones breves con dos denominadores comunes: la zona geográfica (esos Míchigan, Ontario, Superior, Hurón y Eire que aprendíamos de carrerilla en la escuela) y un personaje central, Jim Falkner, quien sirve de nexo a través de su trayectoria vital.
Acción
Las manadas de lobos, expediciones de tramperos y agentes de la Policía Montada son sustituidos por rudos marineros, embarcaciones a vela o vapor y agentes de aduanas.
Si bien en las novelas se percibe la herencia mayestática de Jack London, aquí resuenan ecos de numerosos autores:
- Poe en el primer episodio con dos náufragos adultos enloquecidos por la tortura del hambre que velan por un chiquitín (inevitable recordar esa prodigiosa obra de título “Aventuras de Arthur Gordon Pym”);
- Conrad cuando un viejo lobo de mar, envuelto en el humo de su pipa, refiere aventuras en tabernas o clubes sociales del puerto;
- Incluso acecha la sombra de William Hope Hodgson cuando el tono del cuento alcanza cotas lúgubres o de suspense atroz.
Los registros son variados, pues no falta el fino humor, el costumbrismo o la simple y gozosa aventura, pero predomina la emoción y el dramatismo con los protagonistas zarandeados por un cúmulo de sentimientos primarios: ira, envidia, celos, avaricia…
Desarrollo…
Con la sucesión de capítulos veremos crecer a Falkner hasta convertirse en un afamado capitán, pasando por unos devaneos piratas en su juventud e, incluso, una etapa de periodista.
Resulta muy original el tratamiento de este personaje pues alterna los papeles de eje central de la trama, participante de segunda categoría o mero observador u oyente de los acontecimientos.
Para los amantes de las narraciones en el líquido elemento (lacustre en esta colección) no faltarán las citas ineludibles con violentas tempestades, desdichados naufragios, peligrosas rompientes, sangrientos motines, persecuciones, abordajes, ocultamientos en calas secretas, rescates angustiosos, pilotos esforzados, brisas acariciadoras o destellos de faros.
A destacar…
Otro punto por destacar es que las mujeres en las obras de Curwood no se limitan a ejercer de floreros, sino que resultan tan valientes e indómitas como los héroes masculinos.
De hecho, las más de las veces serán ellas quienes logren salvar a sus parejas de las situaciones límite en las que se verán envueltos.
La colección de estos cuentos mantiene una categoría homogénea, por lo que resulta complicado destacar uno en especial.
En todos palpita esa intensidad tan característica de Curwood, esa lucha por la vida, ese afán de superación, esas emociones a flor de piel…
Me quedo con…
Me vais a permitir que me quede con una secuencia romántica que me traslada a esa deliciosa película, El mundo en sus manos, protagonizada por Gregory Peck y Ann Blyth.
En ella, un capitán enamorado de una joven convoca a su fiel tripulación y se juramentan para rescatar a la muchacha… ¡El día de su boda!
¿Cómo olvidar esa aparición salvadora de El Hombre de Boston en Sitka para huir junto con la adorable condesa Marina?
Es solo un detalle de los muchos que ofrece esta vibrante colección de cuentos: doscientas treinta páginas que conmueven, atrapan y estremecen.
¿Qué más se puede pedir?
¡Gracias una vez más, maestro Curwood!
El autor
James Oliver Curwood empezó a escribir sus primeras historias a los nueve años. El 23 de noviembre de 1894 el diario local The Argus le publicó un cuento.
En 1906 había decidido… Seguir leyendo