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Vuelo nocturno de ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY

Vuelo nocturno de ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY-reseña-Dani

Esta semana disfrutaremos con una nueva reseña de Dani A. Díaz quien, para esta ocasión, nos comenta una nueva novela de Antoine de Saint-Exupéry, la titulada Vuelo nocturno. ¿La conocías? ¿La has leído?

Vuelo nocturno,

de ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY

Reseña de Dani A. Díaz

 

“EL CONRAD DEL AIRE”

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY debe su fama universal a la magia que desprende “El principito”, pero no termina con esa obra cimera su legado literario.

“VUELO NOCTURNO” relata las hazañas de los primeros aviones correo que desafiaron la noche para derrotar a Cronos. Buenos Aires era el punto de reunión de las líneas procedentes de Chile, Paraguay y Tierra de Fuego para continuar rumbo hacia Europa vía Brasil.

El autor francés, veterano piloto, vuelca en el papel las experiencias acontecidas en su vida real pues, entre otros cometidos, trabajó como director de la explotación de la Compañía “Aeroposta-Argentina”.

Mil peligros

En ciento sesenta y cinco páginas condensa la proeza de unos valientes que arrostran mil peligros (escasa o nula visibilidad, tormentas eléctricas, ciclones con velocidad de doscientos kilómetros/hora, distancias infinitas…) con tal de cumplir su deber.

A destacar esa capacidad de síntesis tanto en el desarrollo de la trama como en la caracterización de los personajes.

Apenas se nos esbozan unas señas identificativas (un rasgo, un pensamiento, una ilusión, una dolencia…) y, sin embargo, se obra el milagro de quedar definidos en plenitud, de parecer que comprendemos cada detalle de su personalidad y apariencia física, como si lleváramos largo tiempo de trato.

Personajes que trascienden

El director Riviére, el inspector Robineau, los pilotos Pellerin y Fabien se adueñan de la memoria del lector sin grandes discursos, detalladas descripciones o acumulación de prolijas intervenciones.

Con ligeras pinceladas se transmite la atmósfera de trabajo de todo el equipo:

  • los mecánicos en los hangares,
  • el mantenimiento de motores y hélices,
  • los partes meteorológicos,
  • análisis y clasificación de facturas,
  • conexión con radiotelegrafistas de la red de estaciones,
  • estudio de mapas,
  • reuniones en despachos,
  • entrevistas con los pilotos…

Y, claro está, los vuelos desde los extremos del continente hasta la capital argentina surcando los senderos desconocidos de una bóveda celeste tachonada de estrellas.

Estilo propio

El escritor de Lyon utiliza un estilo propio caracterizado por la economía y precisión del lenguaje, frases cortas pero cargadas de significado, trufadas de simbolismo y preñadas de un lirismo épico.

A destacar el abundante empleo de metáforas marinas, la idea del avión como ser con vida propia, la fijación por las manos de los pilotos como vehículos que atesoran la capacidad de sobrevivir.

Dramatismo

La carga dramática tiene lugar cuando el vuelo procedente de la Patagonia queda envuelto en una tormenta terrible que cruza los Andes y arrasa con todo lo que encuentra en su camino hacia la costa.

El piloto, encerrado en su carlinga y con la sola compañía del radiotelegrafista, hará denodados esfuerzos por comunicarse y encontrar una vía de escape, pero la furia de los elementos es indescriptible y la bencina comienza a agotarse.

Se plantea una doble lucha: la física, a los mandos de la nave para aterrizar sanos y salvos, y la moral, con la mujer del piloto (representando la parte con derecho a felicidad individual) y el director de la compañía, alegando el carácter trascendente del camino que están trazando hasta lograr el reconocimiento eterno de la humanidad (se emparenta con las ruinas de la civilización inca. Fueron muchas las víctimas durante la construcción pero, a cambio, el pueblo como colectividad ganó la inmortalidad).

Tragedia y ¿final anticipado?

La tragedia se realza cuando sabemos el misterioso fin de Saint-Exupéry: despegó en misión rutinaria de reconocimiento en plena Segunda Guerra Mundial y jamás regresó, no encontrándose ni su cuerpo ni los restos del avión.

¿Anticipaba con esta novela su fin? En todo caso, resulta ineludible visualizar al propio autor como el protagonista de esta suicida aventura.

Mucho más que El Principito

Como hemos apuntado anteriormente, el brillo fulgurante de “El principito” eclipsa el resto de su obra, por lo que estamos ante una estupenda ocasión para conocer otro terreno narrativo de un escritor que sintió la vocación de volar desde temprana edad.

Colección “Tus libros”

Aconsejo disfrutar este regalo literario con la colección “Tus libros” de la editorial Anaya.

Un producto con tapa dura y atractiva portada para embellecer la biblioteca y, lo que es más importante, con un extenso y ameno estudio no solo de la biografía del autor galo, sino del contexto histórico de las cuatro primeras décadas del siglo XX (guerras mundiales, crack bursátil del 29, lucha de clases, transformaciones sociales, surgimiento del surrealismo, avances técnicos…).

Prefacio

Un prefacio a cargo de André Gide, un mapa de América del Sur con las bases aéreas y unas originales ilustraciones de Julio Gutiérrez Mas redondean el producto.

¡Gracias, valientes, por abrir rutas imposibles en los cielos de todo el orbe!

El autor

Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900 – en el mar Tirreno, 1944) Novelista y aviador francés; sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración. Tercero de los cinco hijos de una familia de la aristocracia (su padre tenía el título de vizconde), Antoine de Saint-Exupéry vivió una infancia feliz en las propiedades familiares, aunque perdió a su progenitor a la edad de cuatro años. Estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente, y con la que mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida.

Primera publicación

[…] El año 1926 marcó un giro decisivo en su vida: publicó su narración breve El aviador en la prestigiosa revista literaria Le Navire d’Argent, dirigida por Jean Prévost, y consiguió un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, Correo del Sur (1928).

La escala siguiente fue Buenos Aires, al ser nombrado director de la Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América Latina. Tal es el marco de su segunda novela, Vuelo nocturno. […]

En los años treinta multiplicó sus actividades: cuadernos de invención, adaptaciones cinematográficas de Correo del Sur en 1937 y de Vuelo nocturno en 1939, numerosos viajes (a Moscú, a la España en guerra), reportajes y artículos para diversas revistas. Durante su convalecencia en Nueva York, después del accidente de Guatemala, reunió por consejo de André Gide los textos (en su mayor parte artículos ya publicados) que se convirtieron en Tierra de hombres (1939).

El Principito

[…]Su meditación se elevaba por encima de la historia inmediata: sin desconocer las amenazas que la época hacía pesar sobre el “respeto del hombre”, como declara en Carta a un rehén (1943), optó por la parábola con El principito (1943), una fábula infantil de contenido lirismo e ilustrada por él mismo, que le dio fama mundial.

En El principito, el autor afirma haber conocido al singular personaje que da título al libro seis años atrás, en el desierto del Sahara, después de haber sufrido un accidente de avión, y nos cuenta su historia.

El principito procedía de un asteroide tan pequeño que bastaba con desplazar un poco la silla hacia atrás para ver continuamente la puesta de sol.

Un día brotó del suelo una rosa; el principito se enamoró de ella, pero no pudiendo soportar su orgullo y presunción, decidió abandonar el asteroide y emprendió un viaje que lo llevó a otros pequeños planetas.

En cada uno de ellos vivía un único personaje que, como en seguida aprecia el lector, encarna algún defecto humano: la vanidad, el egoísmo, la ambición…

Finalmente, el principito llegó a la Tierra, donde descubrió, consternado, que su rosa no era la única del universo, y entabló amistad con un zorro, y después con el narrador.

Simbolismos

Los sutiles simbolismos y el desenlace de la historia sugieren el sentido del libro: una indagación sobre el amor y la amistad, sentimientos que, pese a su naturaleza incomprensible y los sufrimientos que pueden acarrear, se revelan como una necesidad ineludible y enriquecedora.

Lee su biografía completa

Fuente: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Antoine de Saint-Exupéry». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004.  [Fecha de acceso: 16 de marzo de 2024].

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