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Conversando con Mariana Eguaras

Conversando con… con Mariana Eguaras, consultora y asesora editorial, y periodista.

por José Á. Jarne

@joseajarne

Mariana Eguaras entrevista AENMariana Eguaras es un referente en el sector editorial; una persona que conoce perfectamente el mundo literario y el mundo de la edición y todo lo que gira en torno a él, dentro y fuera de España. Pero nuestros lectores quieren conocer un poco más a la persona…

José A. Jarne. —En tu web dices que el sector editorial te atrapó hace ya 20 años, y sigues navegando en sus aguas… ¿Qué te llamó la atención del mundo editorial?

Mariana Eguaras —La trastienda; el proceso de producción, cómo un texto y unas imágenes se transforman en una publicación; todos los pasos que hay que recorrer para transformar una idea en palabras y a esas palabras darles una forma para que se comprenda lo mejor posible. Y digo palabras, pero aplica a cualquier tipo de contenido, como ilustraciones, imágenes, infografías, etc.

J. A. —De origen argentino, resides en España, ¿por qué te trasladas a España? (si se puede contar…)

M. E. —Sí, claro. Siempre tuve la idea de viajar y de vivir en otro país. Lo intenté antes, con veinte y pocos años, pero no se dieron las oportunidades laborales ni económicas. En 2005 me autorregalé un viaje para mi treinta cumpleaños y me dije que si podía cruzar el charco para hacer turismo también podía hacerlo para vivir. Puse en marcha todo lo que hay que poner para trasladarse —que no es poco y menos siendo extranjero— y dos años después recalé en Barcelona con la excusa de hacer un máster en edición, ya que inicialmente vine con visado para estudiar.

J. A. —¿Qué te llamó la atención de España cuando pisaste suelo español?

M. E. —Cuando llegas a un país por primera vez todo es nuevo y todo te llama la atención. Con el tiempo caí en la cuenta de la diversidad cultural que hay en tan poca superficie; aunque uno sepa estas cosas es muy diferentes vivirlas, ser parte de ellas, experimentarlas. Debe tenerse en cuenta que nací en el octavo país más grande del mundo y que prácticamente la totalidad de los argentinos somos descendientes de europeos (especialmente españoles e italianos), con tradiciones similares, y encontrar tanta variedad de costumbres en pocos kilómetros llama la atención. Eso unido al tiempo que has trascendido: aquí se habla de siglos del mismo modo que en Argentina se habla de décadas; aquí todo tiene una larguísima y compleja historia; allá no tanto. Y de Barcelona, la ciudad donde vine a vivir, me llamó la atención que todo era más sui generis que Buenos Aires, la ciudad donde viví los últimos cinco años en Argentina, antes de venir a España.

J. A. —Siguiendo con el descubrimiento de tu faceta más intimista realmente, ¿Quién es Mariana Eguaras, más allá de lo que se aprecia en redes sociales y en internet…?

M. E. —No sé exactamente qué se aprecia en las redes sociales sobre mí… Yo me considero una buscavidas, que no espera que la cosas lleguen o se den; muy currante, desde pequeña, y que sabe que nada se consigue sin esfuerzo, sin trabajo y sin perseverancia, cualidades que me enseñaron mis padres con su ejemplo y que les agradezco. A pesar de tener momentos de pesimismo, soy como las mulas, siempre tiro hacia adelante.?

Mariana Eguaras y Benjamín Recacha en el IV Congreso
Mariana Eguaras y Benjamín Recacha en el IV Congreso

J. A. —Cuando participaste en el IV Congreso de Escritores que se celebró el pasado mes de abril en Gijón, arrancaste un titular al diario El Comercio: «La autoedición ya no es síntoma de baja calidad»; una máxima, por otro lado, que comparte también, Covi Sánchez… ¿Eres consciente de que te has convertido en un referente para el sector del autor novel? ¿Qué significa eso, en ti, en un plano personal?

M. E. —Es algo muy gratificante, porque he trabajado (y trabajo) mucho para ello, y, a la vez, es una gran responsabilidad, porque sabes que hay cosas que dices que puede influir en los demás y la idea es que esa influencia sea siempre positiva y útil. También me satisface saber que apunté en una dirección y que la elección ha sido buena.

J. A. —Llevas 11 años en España, ¿Qué diferencias observas entre la literatura que se hace en nuestro país y la que se hace «en la otra orilla»?

M. E. —No sabría listar diferencias o similitudes entre lo que se escribe en narrativa (porque entiendo que por aquí va la pregunta) en Argentina y lo que se escribe aquí en España, sobre todo porque no sigo de cerca este aspecto.

Muchas personas creen que porque me muevo en el mundo de los libros sé mucho de literatura o tengo conocimientos amplios sobre narrativa. Y vaya decepción se lleva quien así lo piense, porque no es así. Las dos décadas que llevo trabajando en el sector editorial lo he hecho en revistas, periódicos y editoriales y packagers de libros prácticos, trabajando con textos de no ficción, con fascículos coleccionables, enciclopedias y libros científicos-técnicos, entre otros. Por tanto, mi trabajo y su contexto están enfocados a aspectos no tan literarios.

Suelo puntualizar que edición no es sinónimo de literatura, ya que cuando hablamos de libros lo primero que se nos viene a la cabeza es una novela; sin embargo, existe un universo editorial mucho más amplio que la edición literaria, y más rentable.

J. A. —¿Qué diferencias y qué similitudes existen entre un escritor que comienza en España y otro que comienza en Argentina? Las dificultades para ser visibles serán las mismas…

M. E. —Empezar algo es difícil igual en un país que en otro; algunos países facilitan el inicio de un negocio, de una carrera, o una actividad, pero no es el caso de España y Argentina. En ambos países escribir es una actividad que empieza como afición y que, en pocos casos, se transforma en el medio de vida de una persona.

J. A. —¿Cuáles son tus referentes literarios? Si tuvieras que recomendar 5 libros de cabecera, ¿cuáles recomendarías?

M. E. —Sería muy fácil para mí poner algunos nombres de autores y cinco títulos de libros y dar por respondida la pregunta; sin embargo, nunca he sido de favoritismo, por lo que no tengo libros de cabecera “indiscutibles” o autores preferidos.

Según el momento de la vida en el que te encuentres o las circunstancias por las que estés pasando unos libros o autores pueden ayudarte, marcarte, influir, pero en mi caso soy muy de soltar amarras y no me quedo atada a ellos.

Destaco los primeros autores clásicos que se me vienen a la cabeza y cuyas obras me gustaron siempre: Arthur Conan Doyle, Agatha Christie y Julio Verne. Y contemporáneos ahora mismo pienso en Arturo Pérez-Reverte, Matilde Asensi y Joaquín Barrero. Ahora mismo estoy empezando a leer un libro de Ángeles Mastretta y de ella recomiendo Maridos, uno de los pocos libros que releo de vez en cuando.

De pequeña me fascinaban los libros de la colección Elige tu propia aventura y seguramente ellos me marcaron muchas de mis lecturas, me gustan las novelas de acción, intriga, los thrillers.

J. A. —¿Digital o edición tradicional? ¿Cómo analizas la irrupción del sector digital en la literatura? ¿Convivirán el libro tradicional con el ebook, cada uno en su espacio sin “hacerse daño”, como pasó hace años con el video VHS y posteriormente con los CD’s y DVD’s?

M. E. —Hay lugar para todos los formatos. El libro en papel hace cinco siglos que resiste a los avances tecnológicos así que seguirá aguantando y será más bonito aún que ahora. No se trata de “hacerse daño”, sino de evolucionar. Todos los cambios conllevan pérdidas y ganancias, significan dejar algunas cosas y ganar otras, y eso no se puede parar. El sector editorial hace mucho que se digitalizó y lo hizo, principalmente, para producir libros impresos. Con una buena estrategia todos los formatos pueden convivir.

J. A. —¿Para cuándo una novela?

M. E. —Jamás se me ha ocurrido escribir una. No tengo la capacidad para hacerlo, y menos la voluntad. Me resulta un trabajo inabarcable, por eso admiro la capacidad de fabulación, investigación, creación y de trabajo de los escritores.

J. A. —¿Podrías explicar muy resumidamente qué diferencias existen entre la autoedición y la autopublicación? Actualmente, internet y las redes sociales originan una continua confusión, debido a la enorme proliferación de empresas de servicios editoriales que de forma falaz se hacen llamar editoriales, confundiendo, y frecuentemente, engañando a los autores…

M. E. —El significado de las palabras también va mutando con el uso que le damos, más cuando vienen de otros idiomas, como es el caso de la autoedición y la autopublicación. Editar y publicar con acciones diferentes, aunque en castellano llamemos a todo edición.

Sobre qué significa una y qué otra, también hay diferencias según al profesional al que se lo preguntes. Cada uno (re)interpretamos estos términos en función de lo que vamos aprendiendo, viendo, de lo que se desarrolla, del cariz que toman ciertas acciones, etc. Seguro que desde que escribí la entrada La autoedición no existe (con el título elegido muy adrede) mi visión ha cambiado en algunos aspectos, pero no así la esencia: un texto editado es un texto trabajado, un texto mejorado, y no hay tutía.

El editor (de mesa) es aquel profesional que puede ayudar al autor a desarrollar mejor una obra. Este aportará una visión objetiva que el autor difícilmente tenga y por ello autoeditarse, desde esta acepción, no me parece recomendable, porque es difícil hacer un buen trabajo cuando se es juez y parte. Por supuesto —y lo recomiendo— el autor debe leer y revisar sus textos, varias veces, hasta que esté satisfecho con él, pero la perspectiva que un editor puede aportar a su obra no podrá hacerla él.

Mariana Eguaras - Publicar con calidadSi nos atenemos a autopublicar, la definición más cómoda es la de publicar por cuenta propia, y puede hacerse con un texto autoeditado, editado por otro o sin editar.

En los grupos de Facebook que participo y en los que hay autores, la autoedición la relacionan con las editoriales de autoedición y la autopublicación con encargar y gestionar el trabajo ellos mismos. Es decir, observo que autopublicar lo relacionan con contratar servicios editoriales y profesionales para que les ayuden a publicar su libro con un mínimo de calidad, sin recurrir ni depender de estas empresas, y manteniendo el autor el control de su libro y siendo dueño y gestor de los archivos de su libro (cosa que nunca lo es con las empresas de autoedición).

Más allá del vocablo que se use lo importante es asesorarse y hacerlo antes de publicar; investigar y preguntar sobre las diferentes opciones de publicación.

Ahora os planteo algo yo: ¿cómo llamamos a una obra editada por un profesional que luego se transforma en libro y es publicado por el propio autor? ¿Autopublicación con edición? Hace un año usé esta fórmula: yo publiqué Publicar con calidad editorial (autopubliqué bajo un sello editorial propio), un contenido editado y corregido por otros profesionales.

J. A. —Para terminar, ¿qué consejos darías a un autor novel que nunca ha editado ni autoeditado y quiere abrirse camino en el mundo literario?

M. E. —Que se forme, ante todo, en la principal herramienta de trabajo para un escritor: la lengua, y en la escritura, sus técnicas, etc. No existe un buen libro —o un libro útil— si el contenido no es bueno.

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