El buen patrón de Fernando León de Aranoa, una nueva reseña de cine de Carmelo Gimeno. Esta es la película elegida para representar a España en los Óscar.
¡Nos encanta la gran pantalla! ¿Y a ti?
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El buen patrón, de Fernando León de Aranoa
Yo no soy tu familia
Hay una frase rotunda que me gusta mucho en El buen patrón, la dice Khaled: «Mira mi piel. Yo no soy tu familia». Se la dice al gran protagonista, pero no absoluto, de esta comedia-drama de Fernando León de Aranoa, el empresario Julio Blanco.
Me gusta esta frase, digo, porque es definitoria. No estoy en tu lado, no juego con tus juegos, trabajo aquí porque no me queda más remedio, pero no me vengas con palmadas en la espalda, ni me digas que soy tu hijo, tu familia.
Dejando esto ya claro desde el principio, no me gustan las formas del buen patrón que es Javier Bardem, porque representa una parte de la sociedad española, del mercado de trabajo que no me gusta en absoluto. Todos tenemos que trabajar, pero mejor que el empresario no nos tome el pelo y se piense que somos tontos y puede manejarnos a su antojo.
Dicho esto, la película es muy buena y digna representante española en los Oscar. Y cuando me he planteado el final, que no desvelo, también me he planteado que está abierto a múltiples interpretaciones, no sabemos qué puede pasar cuando cae el telón. Aunque lo cierto es que seguramente ya no pase nada más.
Blanco no tiene todo el protagonismo. ¡Cuidado!
Aunque el personaje de Bardem (Blanco) sea lo más importante de la película “El buen patrón”, no lo es todo, ni mucho menos, porque nos encontramos una multitud de otros roles empresariales con los que nos solemos encontrar cada día en nuestro puesto de trabajo.
Hay uno fundamental: las becarias. Otro también muy importante: los encargados, como Miralles. Luego está el empleado despedido que te la monta en el centro de la fábrica acudiendo con sus hijos y no contento con eso, acampa en un espacio público al lado de tu empresa con un micrófono donde te llama de todo: explotador, ladrón, etc. Está también el guarda, la secretaria y además está Khaled, el extranjero bien formado e inteligente que sabes que debería ocupar el puesto del encargado, simplemente porque es mejor que el encargado que tienes y está más centrado.
En fin, todo el espectro que forma la vida laboral en nuestro país y supongo que en otros muchos. Y también están los típicos premios a la excelencia empresarial que conllevan subvenciones del gobierno regional
El fin justifica los medios, en cualquier caso
Cuando nos encontramos con un buen patrón como Blanco, centro de atención del entorno, objeto de las miradas de las becarias despuntadas, amigo del alcalde y del periódico, con influencias en comisaría, heredero de una empresa de balanzas, el fin justifica los medios. Lograr el premio a la excelencia justifica cualquier acción u omisión.
Porque al fin y al cabo solo se trata de dirigir a ese grupo de ovejitas o corderos que forman el rebaño empresarial…
Tú, no te apartes del camino ni le digas a tu mujer que no se tome un respiro porque antes te lo has tomado tú con la secretaria.
Eh, tú, becaria, no te creas que por una noche de placer conmigo puedes meterte en mi casa y ganarte la amistad de mi mujer.
Khaled eres muy listo, pero Miralles lleva 22 años aquí y solo está atravesando un bache. Y José, el señor acampado en la puerta, no ensucies mis básculas con tus excrementos.
Ese es precisamente el punto de retorno. Hasta aquí hemos llegado, se dice Bardem cuando va al lavabo de la empresa a limpiarse la mierda que le ha dejado el despedido rebelde.
Entonces, el patrón paternalista, el patrón bueno, se cansa de ser bueno y recurre al juego sucio, a los contactos que sus propios empleados le han proporcionado.
Panorama pesimista del funcionamiento de una empresa, de una sociedad
Con independencia de momentos de humor, de sexo, de la erótica del poder, o del atrevimiento sin límites de jóvenes que lo tienen muy claro, el panorama de la empresa de una ciudad de provincias española queda muy mal parado. Por mucho que se nos presente un Blanco con todas sus miserias, que también son humanas, el abuso de poder, el caciquismo y el servilismo que conlleva para algunos, no son una panacea, sino al contrario, un lastre que deberíamos intentar derrocar, eso sí, de una forma inteligente y legal
Por momentos creemos que el loco de la entrada a la fábrica se saldrá con la suya y la cosa trascenderá a la prensa, a los sindicatos, al Ayuntamiento. No, está claro que no. Es una ilusión
Ya se encargará Julio Blanco de proporcionar todos los medios que sean necesarios para que el premio y las subvenciones lleguen a su empresa. Porque, como dice él, es bueno para mí y es bueno para vosotros, ya que todos somos, una familia.
Una cosa que me preocupa de El buen patrón es la idea del “Poder” de recurrir, para solucionar sus problemas, a una juventud sin futuro, que fuma porros, bebe y va al límite. El que nada tiene, nada tiene que perder. No hay futuro para una juventud que puede ser manipulada de esa forma.
Argumento:
Julio Blanco, el carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá la obtención de un premio local a la excelencia empresarial.
Todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él.
Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, y dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.
Reparto
Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar de la Fuente, Sonia Almarcha, Fernando Albizu, Tarik Rmili, Rafa Castejón, Celso Bugallo, Yaël Belicha, Martín Páez, Daniel Chamorro, María de Nati, Mara Guil, Pilar Matas
Género comedia-drama
Fotos: imdb