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El expediente 113 de Emile Gaboriau

El expediente 113 de Emile Gaboriau

Reseña de Dani A. Díaz

Sinopsis

El expediente 113 de Emile Gaboriau

Pese al revuelo fugaz que había causado, nadie hubiera sabido qué pasaría con el expediente 113, de no ser por la habilidad del inspector Lecoq y su capacidad para disfrazarse. Ocurrió que de la caja fuerte del banquero Fauvel habían desaparecido 350.000 francos.

Todas las sospechas recayeron sobre el cajero, el joven Prosper, quien había sido como un hijo para su patrón.

Derrumbado, Prosper Bertorny encuentra el apoyo del multifacético Verduret, o Caldas o Lecoq, quien le repone en el trabajo, la sociedad y el amor, si bien ello obligará a desvelar los secretos de una respetable familia, cuya historia constituye una segunda novela de características melodramáticas, insertada en la investigación policíaca de la primera.

 

EMILE GABORIAU, uno de los padres de la novela policiaca

(Dedicado a mi amigo Villefort, quien me recomendó su lectura)

EL EXPEDIENTE 113 es una sabia combinación entre novela de detectives y el folletín dramático tan característico del siglo XIX.

La acción se inicia con el robo de 350.000 francos en la caja fuerte de un banco. La caja no ha sido forzada, y solo dos personas poseen la llave: el director de la entidad y su cajero principal. Ambos se declararán inocentes, sospechando uno del otro… ¿cómo aclarar el enigma?

Brumas insondables rodean el caso hasta que irrumpe en escena el sabueso Lecoq, experto en indagaciones, pesquisas y razonamientos amén de ser un genio del disfraz.

A mitad de recorrido —y cuando el detective cree poseer todas las pruebas— la narración da un oportuno flash-back para explicar el cúmulo de peripecias y vicisitudes que han conducido al delito planteado.

Dos en una

Podríamos hablar, pues, de dos novelas en una: la policiaca y la folletinesca.

En la primera abundan las escenas de celdas, juicios, interrogatorios, red de contactos, persecuciones, acechos, investigaciones…

En la segunda nos encontramos con una vorágine de sentimientos dramáticos a flor de piel. Amores imposibles, familias enfrentadas, un hijo ilegítimo, una fuga al Brasil, hermanos que se odian, boda de conveniencia, arrepentimientos, celos, envidias, chantajismo feroz, mujeres desesperadas, truhanes sin escrúpulos, citas secretas…

El lector no conoce tregua: cada cierre de capítulo propicia un nuevo enigma, un asunto embarazoso o un acto singular.

Pensemos que este tipo de obras se publicaban semanalmente en los periódicos, por tanto, el objetivo radicaba en enganchar a los suscriptores para que el escritor viera aumentada su ganancia pecuniaria.

Con todas las piezas del puzle encajadas, la novela retoma el tiempo presente y se despeña como torrente de montaña hacia el terrible desenlace…, teniendo ya a los lectores a punto del colapso emocional.

Un libro, en definitiva, que atrapa y es imposible soltar por sus abundantes momentos de intriga y pasión.

Pero, más allá del entretenimiento garantizado, supone el despertar de la novela policíaca francesa y universal, podríamos añadir, pues solo existe un antecedente, Dupin de Poe.

Desde este feliz acontecimiento legiones de detectives inundarán el mundo de la Literatura. Incluso el mismo Conan Doyle confesaría sus influencias a la hora de la más célebre de sus creaciones, el mítico Sherlock Holmes.

Analizado el contenido debo destacar asimismo el continente: esa maravillosa colección denominada «Tus libros» de la editorial Anaya.

Una maravillosa colección que hizo feliz a toda una generación: tapa dura, cosido a mano, atractivo diseño, bien documentada y con unos apéndices que muestran la vida del autor y el contexto histórico en que desarrolló su obra.

Un libro delicioso que solo espera que lectores ávidos se sumen a su propuesta.

¿Te lo vas a perder?

¡Gracias, maestro Gaboriau!

 

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