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Conversando con… Javier García

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Conversando con  Javier García, editor de Vulcano Libros

Por Covi Sánchez

 

Javier García editor de Volcano LibrosJavier García (Madrid, 1962). Es periodista, y después de 26 años trabajando en una gran empresa en el ámbito de la Comunicación Corporativa, decidió pasar página y abrir un nuevo capítulo en su vida profesional. Esta vez como fundador y editor de su propia editorial. Un nuevo oficio para seguir haciendo comunicación: con otro producto (los libros) y otro público (los lectores).

En general, cuando le preguntamos a un autor, librero o editor por sus inicios en la profesión, suele comenzar relatando una tradición familiar, una pasión que persiste desde de la niñez, o su relación profesional dilatada con el sector del libro. Sin embargo, este no es el caso. Javier no proviene de familia de libreros o editores, no es escritor ni ha trabajado anteriormente en el sector. Entonces…

Covi Sánchez —Javier, ¿de dónde procede la necesidad de convertirse en editor?

Javier García —No fue tanto una necesidad como una salida natural que yo ni siquiera había contemplado unos años atrás y, por lo tanto, tampoco era una vocación natural. Fue simplemente fruto de un giro vital cuando se termina una etapa y te planteas qué quieres hacer a partir de ese momento. Lo único que me unía al mundo de los libros, eran precisamente los propios libros, pero siempre como lector aficionado y curioso. Sin embargo, me matriculé en un máster de Edición y al terminar el curso pensé que yo podía ser bueno «haciendo» libros y aportar una visión diferente.

Covi S.Podemos decir que con Volcano libros nace la «LiteNatura», ¿cómo le explicarías al lector qué es?

Javier G. —LiteNatura es simplemente una etiqueta que nos ha servido como presentación, pues resume de una forma muy directa y sencilla lo que hacemos, que no es otra cosa que la suma de Literatura y Naturaleza. Pero tampoco es un género en sí mismo. Para eso ya existe el Nature Writing, con gran tradición y lectores en el mundo anglosajón, del que también nosotros hemos publicado algunos títulos, pero que no es ni mucho menos lo único que queremos publicar. Nuestra propuesta es publicar aquellas obras que hablan de la naturaleza no desde las disciplinas que ya tratan de explicarla, como la zoología, la botánica o la ornitología, sino desde la propia literatura, en todos sus géneros: el ensayo, las memorias, los viajes, la narrativa, etc. Desde los ojos de quienes se han deslumbrado ante su belleza, de los que la han descubierto o han luchado contra ella o de los que quieren preservarla para dejar un mundo mejor.

Las-estrellas-la-nieve-el-fuego_John-HainesCovi S. —Como decíamos en la presentación, inicias este camino editorial sin ninguna relación anterior con este sector. ¿Qué dos obstáculos te han parecido más extraños?

Javier G. —No exactamente por extraños, pero sí me ha sorprendido la relevancia que tiene contar con un buen distribuidor, alguien que acerque tus libros a las librerías —la fuerza comercial de la que carece la editorial—, algo que puede parecer muy obvio pero que es de una tremenda importancia para que los lectores encuentren tus libros. Que un lector quiera uno de tus libros y no lo encuentre, eso sí que es un obstáculo. Por otra parte, la increíble rotación que viven los libros en las librerías por el empuje de los cientos de novedades que aparecen todas las semanas. Los libreros no tienen la capacidad ni el espacio físico necesario para absorber ese ingente volumen de nuevos libros. Por eso, un libro que no ha «triunfado» a los dos o tres meses de su publicación parece condenado al ostracismo si no a su desaparición. Por eso nuestro empeño en publicar libros «sin fecha de caducidad», que sigan teniendo valor para el lector aún después de pasado tiempo desde su aparición, que no tengan que ver con modas pasajeras o situaciones concretas.

Y me atrevería a añadir un tercer factor o dificultad, que es la ausencia de una crítica seria, profesional e independiente (alejada de los grandes grupos) que ayude a señalar y dar valor a las propuestas de editoriales como la nuestra, normalmente alejadas de intereses comerciales particulares.

Covi S. —¿Es cierto, tal y como se repite hasta la saciedad, que no hay lectores, o quizá es que no siempre se sabe llegar hasta ellos?

Javier G. —Probablemente ambas cosas. Si hay jóvenes, y no tan jóvenes ya, que únicamente ocupan su tiempo libre o de ocio viendo series de televisión u otras pantallas, es evidente que para ellos el libro no es una alternativa real. Por lo tanto, quienes podrían ser potenciales lectores, nunca llegan a serlo. Quizá los lectores intensivos equilibren la media, pero yo preferiría un universo lector más repartido, y que un libro fuera un objeto cotidiano con el que nadie se sintiera extraño.

Respecto a lo segundo, «llegar a los lectores», nadie sabe de verdad los vericuetos que recorre un libro hasta llegar a las manos de su lector. El poder de prescripción está, a la vez, muy repartido y difuminado. Los libreros, las amistades, los blogs, los medios de comunicación tradicionales, tampoco las redes sociales… Ninguno son definitivos a la hora de tocar al lector, y creo que nadie tiene la fórmula. En cualquier caso, a mí me gusta ser optimista y pensar, como en el teatro, que los libros no están en crisis, y que hay un libro para cada lector y un lector para cada libro.

Covi S. —Cuando Javier García elige publicar una historia, ¿por qué lo hace? Por la originalidad, la forma de contar la historia, el nombre del autor o autora…

Javier G. —En mi caso es una combinación de muchos factores, aunque ni siquiera siempre los mismos, pero en general tieneMAD-MARIA-Márcio-Souza que cumplir una condición, y es que no te dejen indiferente, que cuando cierres la última página quede en el lector un poso que no lo haga irrelevante. En definitiva, lo mismo que yo busco como lector. Una historia, un relato, una experiencia, una búsqueda, una aventura, una reflexión que pueda enamorar al lector. Otra cosa muy distinta es que lo consiga. En eso consiste el reto del editor: ganar el favor de sus lectores «regalándoles» libros que enamoren.

Los dos primeros libros —con los que se presentó Volcano y su editor—, fueron Mad María, de Márcio Souza, y Solo, de Richard E. Byrd. Mad María es la historia de un desafío: la construcción de una línea de ferrocarril a través de la selva amazónica brasileña, para transportar la producción de caucho de Bolivia y Brasil hacia el puerto de Belém, en el Atlántico. Al final, también nos cuenta, no solo un fracaso, sino también el alto precio a pagar por ello. Solo, es el relato en primera persona del almirante Richard E. Byrd, quien partió a la Antártida, en 1934. Lo que en un principio solo iban a ser seis meses recopilando datos y «disfrutando de paz, tranquilidad, soledad…», se convirtieron al final en una historia de supervivencia extrema: hambre, aislamiento, frío, frío… (50º bajo cero).

Covi S. —¿Eligió estos dos libros buscando crear una línea, un fondo editorial concreto? ¿O fue el resultado de una simple búsqueda al azar?

Javier G. —Ambos libros ya cumplían el criterio de reunir en sus páginas literatura y naturaleza. En el caso de Mad María, en forma de narrativa (aún basado en un hecho histórico) para evidenciar el poder de esta última frente al empeño del hombre por destruirla. En el caso de Solo, el increíble testimonio de Richard Byrd por sobrevivir en medio de la naturaleza más extrema que existe, como es la Antártida. El libro de Márcio Souza ya se había publicado en España en 1981, pero me pareció que era, como decía, una obra sin fecha de caducidad que merecía ser recuperada para encontrar nuevos lectores, mientras que la aventura de Richard Byrd, que fue un superventas en Estados Unidos en la fecha de su publicación, en 1938, estaba sorprendentemente inédita en España.

Estos fueron los dos primeros títulos, pero en poco más de año y medio de vida hemos conseguido crear un catálogo de doce libros con títulos muy interesantes que se pueden ver en nuestra página web (volcanolibros.com).

Covi S. —El género elegido sí es usual en otras zonas como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, pero no en España. Javier, ¿cree que contar con una editorial dedicada al mismo impulsará a los autores a escribir sobre ello?

Javier G. —Como decía, el Nature Writing es un género en sí mismo que quiere retratar o contemplar la naturaleza a través de la implicación directa de su autor, bien como observador o protagonista. Si hay autores en España que sienten el impulso de compartir su experiencia y su visión literaria respecto a la naturaleza, a mí me parecería una magnífica noticia.

Covi S. —Para terminar queremos pedirle algunos consejos para un autor que pueda estar pensando en escribir una historia, propia o ajena, de «LiteNatura», ¿qué debería tener en cuenta? ¿Qué error no debería nunca cometer?

Javier G. —No soy nada bueno dando consejos, pero quizá vuelva a lo que comentaba antes sobre mi experiencia como lector. Que escriban desde su propia experiencia, con autenticidad, sin querer encajar en ningún estereotipo e intentando, sobre todo, enamorar a quien pueda leer su texto.

 

Queremos darle las gracias a Javier García por su paciencia al responder a nuestras dudas y curiosidades; pero también queremos agradecerle su colaboración en nuestro espacio radiofónico el #Bibliotren, enviando el libro; así como también le queremos felicitar por su fantástica labor editorial. Leer Las estrellas, la nieve, el fuego de John Haines ha sido una maravillosa (e impactante) experiencia.

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