Esta semana disfrutaremos nuevamente con una reseña de Dani A. Díaz quien, en esta ocasión, nos comenta la novela Las historias de Jean-Marie Cabidoulin, de Julio Verne. ¿Las has leído?
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Las historias de Jean-Marie Cabidoulin, de Julio Verne
Reseña de Dani A. Díaz
¡¡¡SOPLAAAAA!!!
(Dedicado a mi amigo Villefort quien me hizo este estupendo regalo)
Desde crío he sentido fascinación por el universo de los balleneros. Contribuyeron a ello de manera decisiva varios elementos:
- una edición juvenil de “Moby Dick” (cariñoso obsequio de mis padres),
- versión en dibujos animados de la monumental obra de Melville (¡ay, aquellos adorados “Clásicos familiares”!)
- y la magnífica película de aventuras “Todos los hermanos eran valientes”, inolvidable cita en el cine ¨Albéniz¨ con mi abuelita.
Aquellos barcos con todo el velamen desplegado, la preparación de las balleneras, los surtidores de los cetáceos, el lanzamiento del arpón, los peligros latentes durante las expediciones hicieron mella en mi alma infantil y cada vez que atisbo la mínima oportunidad de recrear sensaciones dormidas… ¡Corro a zambullirme de nuevo!
El gran Julio Verne
No es de extrañar que en cuanto me enteré de que el gran JULIO VERNE firmaba “LAS HISTORIAS DE JEAN-MARIE CABIDOULIN” me faltó tiempo para avisar a un amigo experto en cazar tesoros literarios. ¡Las expectativas han quedado superadas y de qué manera!
Porque esta (casi desconocida) novela no solo ofrece los clichés habituales del subgénero (el reclutamiento, el zarpar del puerto, las escalas para aprovisionarse de víveres, el avistamiento de posibles capturas, las tareas de despedazamiento y fundido de grasa, el océano infinito…), sino que introduce un elemento de suspense, inquietud e, incluso, terror.
Las circunstancias que rodean la travesía parecen felices (un capitán experimentado, una oficialidad competente, una tripulación disciplinada, tempranas cacerías y de gran valía, clima bonancible…).
El suspense…
Sin embargo, el tonelero que da título a la obra reparte fatídicos presagios presididos por la aparición de un monstruo marino en forma de gigantesca serpiente de mar que hará zozobrar la nave y, quizás, segar la vida de todos.
Sus funestos comentarios obtienen el eco de bromas y risotadas, pero comenzarán a aparecer signos (desaparición de las ballenas en los caladeros de siempre, cadáveres de animales que flotan con heridas de grandes dimensiones, pescadores que no se atreven a salir de puerto…) que irán creando una atmósfera de dudas, tensiones y pesadillas.
La presencia de un navío inglés que no responde a los saludos protocolarios y que parece seguir la ruta de los protagonistas contribuye a añadir una pizca de misterio para gozo de los lectores que, a esas alturas, tienen ya suficientes ingredientes para saborear.
Aventura
La novela funciona a las mil maravillas como aventura marinera con…
- atractivos cambios de escenario (El Havre, el Atlántico, cabo de las Tormentas, Nueva Zelanda, California, Vancouver, Aleutianas, Kuriles, Siberia, estrecho de Bering…),
- presencia de terminología náutica (mastelero, obenques, cuadernas, codaste, imbornales, trinquete…),
- momentos de peligro (presencia de escualos, golpes de cola, escollos no cartografiados, olas espantosas, terribles tormentas…),
- relación de legendarias bestias, posiblemente detectadas por buques a lo largo del siglo…
Tan deliciosos bocados harán palpitar los corazones que se mantengan juveniles y que desean evadirse de la triste rutina para imaginarse a bordo y arrostrar ese rosario de vicisitudes.
No faltarán capítulos dedicados a una posible invernada en el Ártico, otro escenario que siempre ejerció un poder evocador en las almas lectoras: la amenaza de osos polares, el resquebrajamiento de los hielos, la falta de víveres, temperaturas a bajo cero, naufragios…
Ritmo narrativo
El vivaz ritmo narrativo, la aseada prosa del autor galo, el exotismo de la singladura y el halo de inquietud que planea sobre la expedición harán que el libro se devore (apenas doscientas páginas) hasta llegar a un desenlace en el que ya iremos con el corazón desbocado.
¿Llevará razón Cabidoulin y sucumbirán ante la ferocidad de un enorme monstruo marino?
¿Sobrevivirán a la tragedia y retornarán a sus hogares?
¿Causas científicas explicarán los fenómenos acontecidos?
¿La leyenda se impondrá a la realidad?
Para responder a estos interrogantes solo cabe sumergirse en una novela que garantiza entretenimiento a raudales, amén de conocimientos geográficos.
Animadversión
A destacar la animadversión entre ingleses y franceses que se subraya a lo largo del texto, con referencias a la mítica batalla de Waterloo. Se trata de un detalle que hasta la fecha no había detectado en la ingente producción de Verne.
Para hacerse con un ejemplar recomiendo, una vez más, la colección de bolsillo de Orbis que incluye preciosas imágenes originales del artista Roux.
Un exquisito bocado para todos los que amamos el mundo de la mar.
Una oportunidad pintiparada para seguir descubriendo los títulos menos conocidos del autor y en los que, sin embargo, despliega un talento mayúsculo.
No lo dudéis más y coged el petate… ¡Zarpamos rumbo a la aventura!
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